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Última actualización: 3 de octubre de 2025.
El propósito y los principios fundamentales de la programación constituyen la base conceptual y práctica sobre la cual se construyen los sistemas informáticos modernos. Estos principios no se limitan únicamente a escribir instrucciones para una máquina, sino que abarcan un conjunto de valores, metodologías y buenas prácticas orientadas a garantizar que el software sea claro, eficiente, mantenible y escalable.
El propósito esencial de la programación es resolver problemas y ofrecer soluciones tecnológicas que automaticen procesos, faciliten la comunicación entre sistemas y respondan a necesidades humanas y organizacionales. Para ello, los principios fundamentales —como la simplicidad, la modularidad, la reutilización y la legibilidad— ayudan a evitar errores, reducir la complejidad innecesaria y fomentar la calidad del código.
Históricamente, el concepto de principios de programación se consolidó en la segunda mitad del siglo XX, cuando pioneros como Edsger W. Dijkstra y Donald E. Knuth sentaron las bases de la programación estructurada y la teoría de algoritmos, respectivamente. Dijkstra, en particular, acuñó frases célebres como
“La programación estructurada es una forma de pensar”,
Edsger W. Dijkstra
insistiendo en que la disciplina debía estar guiada por principios lógicos y matemáticos más allá de la simple escritura de código. Con el tiempo, otros autores y movimientos como la ingeniería de software, el manifiesto ágil y las metodologías modernas ampliaron y refinaron estos fundamentos.
En la práctica contemporánea, estos principios cumplen un papel tanto técnico como social. En entornos colaborativos, como el desarrollo de software libre o los equipos ágiles, funcionan como guías compartidas que permiten que múltiples personas trabajen sobre un mismo proyecto manteniendo coherencia, calidad y sostenibilidad.
En definitiva, comprender y aplicar estos fundamentos no solo mejora la calidad técnica del software, sino que también fomenta la innovación, la colaboración y la evolución continua de los sistemas a lo largo del tiempo.
La programación tiene como propósito fundamental convertir ideas abstractas, problemas reales y necesidades humanas en soluciones computacionales concretas. Su razón de ser no se limita únicamente a instruir a una máquina, sino a establecer un puente entre la creatividad humana y la capacidad de procesamiento de los ordenadores.
Entre sus objetivos principales destacan:
En síntesis, el propósito de la programación trasciende la mera emisión de órdenes a una máquina. Su verdadera función radica en crear sistemas útiles, confiables y sostenibles que potencien la capacidad humana, mejoren la calidad de vida y fomenten el progreso científico y tecnológico.
Los principios fundamentales de la programación son guías prácticas y teóricas que ayudan a escribir código de calidad. Algunos de los más reconocidos son:
La claridad y la legibilidad del código son principios fundamentales en la programación. Un programa no solo debe ser funcional, sino también fácil de comprender, mantener y ampliar por cualquier desarrollador a lo largo del tiempo (incluido su propio autor después de meses o años).
Un código claro permite detectar errores más rápido, facilita la colaboración en equipo y asegura que el software pueda evolucionar sin generar confusión ni dependencia excesiva de quien lo escribió.
Prácticas clave para lograr claridad y legibilidad:
x1, tmp o val.userCount, maxRetries o calculateTotalPrice.camelCase, snake_case o PascalCase).